No deja de ser sorprendente que muchos de los responsables de comunicación de las principales compañías españolas no tengan el más mínimo perfil público digital. Un colega periodista me comentaba que puede ser que, por ahora, los dircom del IBEX35 no necesiten estar en redes sociales. Puede ser que en unos años ya no existan y entonces seguro que nos las necesitarán o que cuando dejen sus responsabilidades se jubilen y ya ni siquiera necesiten Linkedin, añado.
Sea como fuere, las redes sociales nacieron hace más de una década y, desde entonces, no se puede calificar sino de revolución lo que ha ocurrido en la comunicación organizacional. La web 2.0 se acuñó como concepto en 2005 en Estados Unidos, aunque antes algunos ya habían empezado a trabajar en el ámbito. Recuerdo en consultoría de comunicación a Javier Celaya allá por el año 1.999 desarrollando el área de «eComunicación» en Burson-Marsteller. Poco después, tras el primer pinchazo de la burbuja de internet y la posterior aparición y desarrollo de las redes sociales, desde algunas agencias de PR trabajamos en la pedagogía necesaria a nuestros clientes y al mercado explicando los retos y oportunidades que entonces empezaban a identificarse en el ámbito digital. Twitter había nacido poco antes al igual que Tuenti en España en 2006. Facebook ni por asomo era una red masiva.
Hace ahora 10 años lanzamos el eBook 100 BM digital tips para la comunicación de las organizaciones en el entorno 2.0. El concepto principal que tratábamos de explicar era que el poder de la comunicación había pasado en cierta medida de los que vendían a los que compraban, en un nuevo entorno de prosumidores generadores de contenidos. La clave: entender que no se trataba de querer controlar sino tratar de influir, desde la credibilidad, con la ejemplaridad, aportando valor, siendo transparentes, responsables. Dialogando, dejando atrás la unidireccionalidad asimétrica. Casi todo ello sigue estando vigente.
Presencia de las empresas del Ibex35 en el entorno digital
Han pasado diez años y parece que el camino por recorrer aún es mucho en algunos casos. La semana pasada Estudio de Comunicación presentaba su informe «Presencia de las empresas del Ibex35 en el entorno digital». Seis de cada diez de los presidentes y CEO de las empresas del Ibex 35 no están en Twitter ni en LinkedIn. Al mismo tiempo señala que sólo un 52,9% de los directores de comunicación de las empresas del selectivo disponen en la actualidad de Twitter y LinkedIn. Aún peor, el 25% de los que tienen perfil en Twitter lo tiene inactivo.
Recuerdo hace un par de años en una entrevista a Masha Lloyd, dircom de Yoigo, afirmar «Es imperdonable que un dircom no tenga una cuenta de Twitter». También lo creo, pero bueno, hagamos por perdonar… Perdonemos que no tengan Twitter, una red social que no termina de ser masiva y presenta signos de decadencia. Sus empresas sí están y tal vez tengan un perfil fake que les ayudaron una vez a crear para intentar entender qué era aquello de Twitter, pero ¿y que no tengan Linkedin? Pocas excusas se pueden encontrar para poder perdonarlo. Linkedin no es meramente una red social para recruiting, es una red de profesionales donde se gestiona conocimiento, se generan relaciones, se construye diálogo con stakeholders.
Flaco favor se hacen los que en casa de herrero usan cuchillos de palo, a ello mismos y a sus casas. Allá quien confíe en la era digital las nuevas necesidades de comunicación del siglo XXI a quienes ni siquiera consideran el valor de Linkedin y seguramente aún consideran que lo más importante es lo que diga la prensa económica de sus compañías.
Foto: Instantánea parcial del catálogo de la exposición ‘El viajero inmóvil’, sobre Asturias, en el Centro Conde Duque, de Madrid. Chema Madoz. «El viajero inmóvil, Miradas de Asturias 2» Mecenazgo. Fundación María Cristina Masaveu Peterson, 2017. Colección de Arte Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Del 9 de febrero al 16 de abril de 2017. Centro Conde Duque del Ayuntamiento de Madrid. C/ Conde Duque 11